Creo que la vida es un juego en donde lo más importante es disfrutar el presente y divertirse, en donde las metas, solo son una guía de crecimiento, y el crecimiento es gracias a que tenemos un contrincante, tenemos un ego, tenemos a Satán (ego) adentro.
No creo que exista una vida mejor que otra, todos tenemos un contrincante y todos vinimos a crecer. Si caes en la víctima, Satán (ego) te tiene de las bolas, si caes en soberbia también. Si tienes poco de algo, seguro tienes mucho de otra cosa y mirar al otro y confundirlo con el enemigo es la estrategia más simple del ego para alejarte de tu propio despertar.
Sin Satán (ego) no habría obscuridad ni obstáculos, no habría deseo ni sufrimiento y eso querría decir que seríamos pura luz, puro amor, seríamos dioses iluminados sin necesidad de cuerpo, seríamos eternos, seríamos uno. Así que si seguimos encarnados quiere decir que aún tenemos que crecer.
Si la vida tiene algún sentido, creo que es crecer en el amor y amar hasta convertirnos en uno con todo, dejar de juzgarnos, dividirnos y matarnos.
Y la utopía de la vida sería jugar tan bien que le ganas al ego, iluminas lo obscuro y desparece Satán (ego), a tal grado que podrías morir y resucitar como se supone que un día, un tipo llamado Cristo lo hizo.
Yo no creo en una sola religión, tomo lo mejor de ellas, de todo, pero no niego la posibilidad de algo más allá que le da sentido a nuestra existencia. Tal vez lo hago porque vivir es tan abrumador, que requiere creer en algo más, tal vez lo hago porque en verdad, esto llamado vida, es solo una simulación. Lo único que sé es que no sé nada y entre más cuestionó mejor la paso.