Tu rescatista, tu refugio cuando no sabes en donde enterrar esas palabras que tantos nudos te ha provocado, esa tumba donde dejas caer secretos que nadie más sabrá.
Quizás soy tu rescatista o el de la persona que tengas a un lado, soy el rescatista de muchas personas; pero un día todo cambia, el rescatista pasa a querer ser rescatado, se ahoga en si mismo mientras todo sigue su curso, agoniza internamente mientras muestra un exterior resplandeciente.
Han pasado un par de meses desde entonces y en este camino de auto rescate, el último golpe fue tan inesperado que simplemente te quiebras, se para todo, el mundo pierde su magia, llega un vacío y un silencio abrumador.
Solo queda mirarte, tomar lo que sirve, respirar profundo, aclarar tu norte y comenzar a caminar teniendo presente que correr tomara un buen tiempo.
Soy un rescatista, me rescate a mi con ayuda y seguramente te siga rescatando a ti.
Seguiré siendo tu refugio, mi bodega de amor no está tan llena como antes pero siempre encontrarás unos brazos cálidos.
A ti que me lees, soy tu rescatista.